Una posible causa es que su reloj se haya visto afectado por el magnetismo. Los campos magnéticos son algo omnipresente en los objetos cotidianos, como ordenadores, televisores, frigoríficos, cierres magnéticos de bolsos o joyas, entre muchos otros. Cuando un reloj de cuarzo queda expuesto a un campo magnético, se detiene. En cuanto la fuente magnética desaparece, el reloj vuelve a funcionar. Puede que no se dé cuenta hasta más tarde y crea que el reloj está atrasado. En ese caso, basta con ajustar la hora. Si eso mismo le sucediera a un reloj mecánico, los componentes de acero del mecanismo pueden resultar magnetizados, y eso puede hacer que el reloj, por lo general, funcione mucho más rápido. Lo bueno es que no se trata de un efecto irreversible. Si cree que el mecanismo de su reloj puede haberse visto afectado por el magnetismo, su Servicio Técnico de Rado puede usar un dispositivo especial para desmagnetizarlo. Este procedimiento solo llevará unos segundos y, después, el reloj volverá a funcionar a la perfección.